No hay mejor maestro que el tiempo contigo mismo, que los momentos de soledad, de introspección, cuando puedes mirar dentro de ti y notar todo desde otra perspectiva.
Hay un dicho que dice que todos somos espejos y que lo que te molesta de otro en realidad es algo que tú tienes o eres, y qué difícil darse cuenta de eso, es difícil reconocer que algo que tanto nos molesta lo tenemos nosotros, pero que alivio al menos notarlo, ser conscientes de ello, ya sabemos qué hacer y de cierta forma esa molestia con el otro se disuelve, porque logras ponerte en su lugar, al darte cuenta de lo que esa situación intentaba mostrar…
También aprendí que el espejo no se muestra necesariamente con lo que te molesta de otro, sino más bien con lo que te irrita, de cierta forma lo que te molesta es algo con lo que de una u otra forma, ya lidiaste o aprendiste (o estas lidiando o aprendiendo, por ejemplo te puede molestar que alguien mienta o hable de los demás, pero logras ser capaz de observar la situación, sin juzgar, porque es algo que sientes que ya aprendiste o que es algo de lo que estás más consciente), pero hay situaciones que te muestran tu reflejo de frente y es cuando alguien o alguna situación en particular te irrita de una forma que sientes que no puedes controlar, como que no eres tú y esa no fuera tu energía (de hecho no lo es), ahí es cuando debes preguntarte ¿por qué?, ¿en qué medida yo también he hecho esto que siento que me “están” haciendo?, y esperar la respuesta, que por lo general vendrá en forma de recuerdo y podrás comprender al otro y esa irritabilidad se irá como por arte de magia o esa persona dejará de hacer lo que te molesta o es simplemente que tu enfoque cambió porque pudiste ponerte en el lugar del otro realmente, ver las cosas desde la otra perspectiva, al comprender que tu también hiciste sentir esa sensación a alguien en otro momento.
La lección esta aprendida, puedes seguir aprendiendo… ♥
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